El Juego como desarrollo integral del párvulo

El juego, se entiende como una acción liberada, que se desarrolla en espacios y tiempos limitados en base a reglas obligatorias pero aceptadas por decisión propia. Es una acción con un fin en si mismo y siempre es acompañada por la tensión y la alegría y de ser de otro modo diferente al de la vida cotidiana.

En el juego se puede perder o ganar y es un derecho del niño el disfrutar de esta actividad de forma plena, siempre y cuando sea orientado hacia un fin educativo. También se considera como una relación directa con la realidad, que se caracteriza por crear situaciones ficticias en el párvulo dando cualidades de un objeto a otro (recordemos que los niños/as son de por si creativos).

Esta actividad ha existido desde siempre, pero a medida que empezaron a crearse las normas en este con el Juego Formal, se ha visto la evolución de la civilización. Junto con ello, se ve como una actividad necesaria para todos los individuos al ser el juego una herramienta para las esferas sociales, ya que favorece las conductas sociales.

La actividad lúdica desarrolla aspectos fundamentales para el párvulo, estos son:

1. Desarrollo Psicomotor: Permite la evolución de la coordinación motriz, el equilibrio, la fuerza, la manipulación de objetos al explorar el medio, el dominio de los sentidos, comienzan con la discriminación sensorial, permite la coordinación visomotora (ojos-manos, ojos-pies) y la capacidad de imitación.
2. Desarrollo Cognitivo: Permite la estimulación de la atención, la memoria, la imaginación, la creatividad, la discriminación entre la fantasía y la realidad y el pensamiento científico-matemático.
   A su vez desarrolla el rendimiento, la comunicación, el lenguaje y el pensamiento abstracto del párvulo.
3. Desarrollo Social: Se encuentran los juegos simbólicos y cooperativos.
   a) Juegos Simbólicos: el infante por medio de este tipo de actividad comprende la realidad por medio del acciones socio-dramáticos, como lo es jugar a la secretaría, profesora, entre otros. Este proceso comienza con un monólogo y luego avanza al diálogo, ayuda al desarrollo de la moral y de los valores del párvulo por medio de las reglas establecidas de lo que se puede o no hacer. 
   Se comienza a tener un conocimiento del mundo del adulto para la futura vida laboral, lo cual sucede de forma espontánea. Lo esencial en el rol de la educadora de párvulos es fortalecer las relaciones del niño con sus pares.
   b) Juegos Cooperativos: Su función es favorecer la comunicación, la unión y la confianza en el infante. Acá se presenta una autonomía en el párvulo, lo que desarrolla el principio de Bienestar en ellos mismos y se potencia el desarrollo de las conductas pro sociales.
4. Desarrollo Emocional: Desarrolla la subjetividad en el niño, produce una satisfacción y reflexión personal, ayuda a controlar la ansiedad y la expresión simbólica de la agresividad y facilita la resolución de conflictos y la identificación sexual. 

Como se leyó anteriormente, la educadora de párvulos utiliza el juego como una herramienta y un principio pedagógico para la enseñanza, por lo cual debe estar presente en las planificaciones en todo momento. Esta acción puede ser crucial para el desarrollo a largo y corto plazo del indivuduo en todos los aspectos ya nombrados, por lo cual compromete a la educadora al buen uso de este. 

Autores y Bibliografía:

Real Academia Española, (2008).

Huizinga, (1987).

Organización de las Naciones Unidas.

Vigotzky, (1996).

Bases curriculares de la Educación Parvularia, (2005).

María Ignacia Guevara